viernes, 1 de agosto de 2008

Industrialización casi un sinónimo de desarrollo económico.

Durante las décadas de 1960 y 1970, cuando los países del Tercer Mundo estaban superando la etapa colonialista y adquiriendo su independencia política, los países industrializados tenían una enorme ventaja, la superioridad económica. Eran los colonizadores, y habían utilizado su poder para frenar el crecimiento de los países del Tercer Mundo, relegándolos a la producción de bienes primarios, obligándolos a producir las materias primas que demandaba el mundo industrial e impidiendo que se convirtieran en economías industriales. El debate sobre el desarrollo se produce entre puntos de vista más o menos radicales que subrayan las dificultades a las que se enfrentan los países menos industrializados del mundo, y aquellos otros puntos de vista más ortodoxos que resaltan la importancia del potencial que tiene cada país para desarrollarse, aunque se necesite la ayuda exterior de los países industrializados.en los países en vías de desarrollo, poseen la tecnología que necesitan los países menos desarrollados y tienen el suficiente poder económico para permitir la entrada de bienes procedentes de estos países sólo cuando les conviene. Este planteamiento fortaleció la creencia del Tercer Mundo en las virtudes del desarrollo autóctono. Los países menos industrializados sólo podrían crecer si se protegían con barreras arancelarias de las exportaciones provenientes del mundo industrializado; las inversiones realizadas por las empresas multinacionales terminarían perjudicando a estos países por lo que se desconfiaba de ellas; puesto que los mercados no eran capaces de fomentar un crecimiento equilibrado ni un cambio estructural, los gobiernos tenían que tener mayor intervención en la planificación para promover el crecimiento económico, lo que implicaba que las empresas del sector público realizaban aquellas inversiones que el sector privado no arriesgaba. Para algunos economistas, incluso la ayuda exterior de los países industrializados era contraproducente; se trataba de un instrumento neocolonialista que intentaba conservar el predominio de los países industrializados.

No hay comentarios: