viernes, 1 de agosto de 2008

Regulación de los ciclos


En casi todos los países desde la Gran Depresión se han puesto en práctica medidas que ayudan a evitar las duras recesiones económicas. Por ejemplo, el seguro de desempleo proporciona a la mayoría de los trabajadores algunos ingresos cuando se quedan sin trabajo. La seguridad social y las pensiones pagadas por muchas organizaciones proporcionan algunos ingresos a una serie de trabajadores jubilados. Aunque no son tan poderosos como lo fueran antaño, los sindicatos siguen siendo un obstáculo contra la caída acumulada de los salarios que agravó las anteriores depresiones económicas. Existen mecanismos para garantizar los precios de las cosechas (como la política agrícola común de la Unión Europea) que protegen a los agricultores de las desastrosas caídas de sus ingresos.
El gobierno también puede intentar intervenir directamente para contrarrestar las recesiones. Existen principalmente tres técnicas disponibles: la política monetaria, la política fiscal y la política de rentas. Los economistas discrepan profundamente respecto a la elección de la técnica adecuada.
Algunos economistas como el americano Milton Friedman y otros defensores del monetarismo prefieren la política monetaria, y ésta es adoptada por los gobiernos conservadores. La política monetaria consiste en controlar a través del banco central la oferta de dinero y los tipos de interés, y éstos determinan la disponibilidad y el coste de los préstamos para las empresas. En teoría, la restricción de la oferta monetaria ayuda a reducir la inflación y el aumento de la oferta ayuda a recuperarse de una recesión. Cuando la inflación y la recesión se producen simultáneamente, —un fenómeno denominado estanflación— es difícil saber qué política monetaria aplicar.El economista americano John Kenneth Galbraith considera que las medidas más efectivas son las fiscales, como una mayor imposición a los ricos, y una política de rentas que busque mantener a bajos niveles tanto los precios como los salarios, en función del crecimiento de la productividad. Esta política no ha tenido mucho éxito en el periodo posterior a la II Guerra Mundial.

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