lunes, 4 de agosto de 2008

Teorías volcánicas


Durante mucho tiempo los geólogos supusieron que la causa principal de los sucesos volcánicos era la entrada de agua, sometida a altas temperaturas, en el interior de la Tierra. En los últimos años, sin embargo, a medida que se comprenden mejor los mecanismos de interacción de las placas corticales terrestres, los geólogos han conseguido integrar el vulcanismo en la teoría de la tectónica de placas. La energía de los volcanes activos deriva, en último término, de los procesos ligados a los movimientos de las placas de la corteza. Además, los volcanes tienden a situarse en las fronteras de las placas más importantes.

Los volcanes se forman en dos tipos de fronteras de placa: las convergentes y las divergentes. En las primeras, donde una placa penetra (es subducida) bajo otra, la materia de la parte superior de la placa subducida es arrastrada en una trayectoria oblicua hacia el interior de la Tierra, hasta que alcanza una profundidad en la que se funde. Entonces asciende por fisuras verticales y es expulsada hacia la superficie por una chimenea volcánica. En las fronteras divergentes, como la dorsal del Atlántico, donde la corteza oceánica se estira y se separa, se forma una zona lineal débil (el centro de expansión); ésta sirve de salida para la erupción de magma (materia rocosa fundida de las profundidades) que asciende por corrientes de convección gigantes situadas en el manto.
Los vulcanólogos han enunciado varias teorías para explicar la acción de los gases volcánicos como generadores de una erupción. La teoría más sencilla establece que el mecanismo es similar a la forma en que el gas en una bebida gaseosa puede provocar un chorro de ésta, o a lo que ocurre al agitar una botella de gaseosa.

El nacimiento de un volcán y la construcción de su cono fueron observados en directo en 1943, cuando el volcán Paricutín, en México, hizo erupción en una hondonada, hecho que dio a los geólogos la posibilidad de observar la secuencia de materia expulsada. La región había experimentado sacudidas de terremotos durante un periodo de dos semanas; el 20 de febrero se observó la apertura de una chimenea que emitía primero vapor y polvo volcánico, después fragmentos calientes y luego roca fundida. La erupción duró 8 meses y formó un cono de 2.250 m de altura. Las corrientes de lava enterraron el pueblo de San Juan Parangaricutiro y los asentamientos cercanos.

No hay comentarios: