lunes, 4 de agosto de 2008

Sequía


Situación climatológica anormalmente seca en una región geográfica en la que cabe esperar algo de lluvia. La sequía es, por tanto, algo muy distinto al clima seco, que corresponde a una región que es habitual, o al menos estacionalmente, seca.
El término sequía se aplica a un periodo de tiempo en el que la escasez de lluvia produce un desequilibrio hidrológico grave: los pantanos se vacían, los pozos se secan y las cosechas sufren daños. La gravedad de la sequía se calibra por el grado de humedad, su duración y la superficie del área afectada. Si la sequía es breve, puede considerarse un periodo seco o sequía parcial. Un periodo seco suele definirse como más de 14 días sin precipitaciones apreciables, mientras que una sequía puede durar años.
Las sequías tienden a ser más graves en unas áreas que en otras. Las sequías catastróficas suelen producirse en latitudes entre los 15° y los -20°, en áreas que bordean los desiertos, o zonas permanentemente áridas, del mundo. La aridez permanente es una característica de aquellas áreas en las que las masas de aire tropical cálido, al descender hacia la superficie, se vuelven más calientes y secas (véase Meteorología). Cuando se produce una desviación hacia el polo de los vientos predominantes del oeste, el carácter anticiclónico, de altas presiones, de las regiones permanentemente áridas incide sobre áreas que normalmente tienen un clima estacionalmente húmedo con bajas presiones, y se produce una sequía. Una desviación hacia el sur de los vientos del oeste produjo la sequía más intensa del siglo XX, la que afectó a la región africana de Sahel durante una docena de años y que comenzó en 1968.
En América del Norte, los estudios arqueológicos sobre los nativos americanos y las estadísticas derivadas de registros botánicos y agrícolas a largo plazo, como los anillos de los árboles, muestran que hace seis o siete siglos, áreas enteras del suroeste fueron abandonadas por los agricultores indígenas (los antecesores de la etnia Pueblo) debido a sucesivas sequías, y jamás fueron ocupadas de nuevo. Las estadísticas indican que más o menos cada 22 años, con un margen de error de 3 a 4 años, se produce una sequía importante en Estados Unidos, que afecta especialmente a los estados del medio oeste y de las praderas. La desastrosa sequía de 1933-1935, durante la cual enormes extensiones de las Grandes Praderas pasaron a conocerse como la Cuenca de Polvo, es un ejemplo. El efecto de la sequía se vio agravado por la sobreexplotación agrícola, el exceso de población y la falta de medidas tomadas a tiempo. En África, la sequía de Sahel se vio también agravada por factores no climáticos, como la sobreexplotación y los conflictos políticos y militares. En 1992 distintas zonas de España sufrieron una fuerte sequía que obligó a fuertes restricciones y cortes de agua así como a cambios de cultivo en extensas zonas de Andalucía y las dos Castillas. Este problema supuso unas pérdidas económicas para el sector agrícola español, de unos 250.000 millones de pesetas.
Aunque no es posible prever de modo fiable las sequías, se pueden adoptar ciertas precauciones en las áreas de riesgo. Éstas incluyen la construcción de embalses para almacenar agua, la educación para evitar la sobreexplotación y el sobrepastoreo, y programas para limitar los asentamientos de población en áreas proclives a la sequía.

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