viernes, 1 de agosto de 2008

Ciclos económicos


Término utilizado para referirse a los cambios que se producen en la economía. A partir de la Revolución Industrial, el nivel de la actividad financiera de los países capitalistas industrializados ha fluctuado desde niveles altos a niveles bajos, arrastrando tras sí al resto de la economía.

Fases del ciclo económico

Aunque no es predecible la duración de un ciclo, al parecer sus fases sí lo son. Muchos economistas citan cuatro fases: auge, recesión, depresión y recuperación por utilizar los términos creados por el economista americano Wesley Mitchell, que dedicó su carrera al estudio de los ciclos económicos.
Durante el periodo de auge se hace patente el aumento de la producción. El nivel de empleo, los salarios y los beneficios crecen a su vez. Los directivos de las empresas muestran su optimismo mediante la inversión para aumentar la producción. Sin embargo, a medida que continúa el auge empiezan a surgir obstáculos que impiden que éste se prolongue. Por ejemplo, crecen los costes de producción y la falta de materias primas puede también limitar la producción; se elevan los tipos de interés, así como los precios y los consumidores reaccionan al alza comprando menos. A medida que el consumo se queda por debajo del nivel de producción, aumenta el número de productos almacenados, lo que provoca una caída de los precios. Las empresas productoras empiezan a ahorrar y despiden a los trabajadores. Estos factores conducen a un periodo de recesión. Los empresarios se vuelven pesimistas según van cayendo los precios y los beneficios y deciden ahorrar el dinero en vez de invertirlo, con lo que se suceden los cortes de producción y el cierre de fábricas, hasta que el desempleo se generaliza. Estamos en una fase de depresión.
La recuperación de la depresión puede estar provocada por varios factores, incluyendo la reaparición de la demanda de consumo, la liquidación de los inventarios o una acción gubernamental para estimular la actividad económica. A pesar de que la recuperación suele ser lenta y desigual al principio, inmediatamente gana fuerza. Los precios suben más rápido que los costes. El nivel de empleo crece, proporcionando un mayor poder adquisitivo. La inversión en las industrias de bienes de consumo aumenta. El optimismo invade la economía, el deseo de aventurarse en nuevos negocios reaparece. Se ha iniciado un nuevo ciclo.
De hecho, el ciclo económico no siempre se produce de una forma tan clara como en el modelo que acabamos de exponer, y no hay dos ciclos iguales, sino que varían considerablemente de uno a otro, tanto en lo que respecta a la dureza como a su duración. Se pueden producir ciclos mayores y menores, con duraciones variables.
La depresión económica más dura y generalizada se produjo en la década de 1930. La Gran Depresión afectó primero a Estados Unidos, pero se difundió rápidamente por Europa occidental. De 1933 a 1937 los Estados Unidos empezaron a recuperarse de la depresión, pero la economía volvió a caer de 1937 a 1938, antes de alcanzar de nuevo sus niveles normales. Esta recaída se denominó recesión, término que actualmente se prefiere al de liquidación. La verdadera recuperación económica no se hizo patente hasta principios de 1941.

Ciclos especiales
Además del ciclo económico tradicional, a veces se producen ciclos especiales en algunas industrias. Por ejemplo, se considera que el sector de la construcción tiene un ciclo que dura entre 16 y 20 años. La prolongada construcción de barrios marginales agravó dos de las peores depresiones económicas en Estados Unidos. Por otro lado, el aumento de la actividad constructora muchas veces ha ayudado a estimular la recuperación de una depresión.
Algunos economistas creen que existe un ciclo a largo plazo, que dura aproximadamente cincuenta años. Los estudios sobre las tendencias económicas durante el siglo XIX y el principio del siglo XX fueron realizados por el economista ruso Nikolai Kondratief, quien analizó el comportamiento de los salarios, las materias primas, la producción, el consumo, las exportaciones e importaciones y otras variables económicas en Francia e Inglaterra. Los datos que recogió y analizó parecen establecer la existencia de ciclos a largo plazo. Estas "olas" de expansión y contracción se produjeron durante tres periodos de una media de cincuenta años cada uno: 1792-1850, 1850-1896 y 1896-1940. Sin embargo, estos estudios no son definitivos.

Causas de los ciclos
Los economistas no intentaron determinar las causas de los ciclos económicos hasta que la creciente dureza de las depresiones económicas se convirtió en una de las principales inquietudes de finales del siglo XIX y principios del XX. Se sugirió que había dos factores externos que podían ser los causantes de los ciclos: las manchas solares y las inclinaciones psicológicas. La teoría de manchas solares del economista británico William Jevons llegó a ser aceptada por casi todo el mundo. Según Jevons, las manchas solares influyen sobre las condiciones meteorológicas, pues tras periodos de manchas solares las condiciones climatológicas suelen ser más duras. Jevons pensaba que las manchas solares determinaban la cantidad y calidad de las cosechas, y de esta manera influían sobre la economía.
Una teoría psicológica de los ciclos económicos formulada por el economista británico Arthur Pigou, establecía que el optimismo o pesimismo de los dirigentes económicos podía influir en las tendencias de la economía, y algunos políticos han aceptado decididamente esta teoría. Por ejemplo, durante los primeros años de la Gran Depresión, el presidente Herbert Hoover intentó mostrarse optimista públicamente respecto a la fuerza inherente a la economía norteamericana, con la esperanza de estimular la recuperación.
Se han desarrollado diversas teorías económicas sobre las causas de los ciclos económicos. Según la teoría del subconsumo, que se relaciona claramente con el economista británico John Hobson, la desigualdad en los ingresos provoca el declive económico. Los mercados se ven inundados con bienes que los pobres no pueden comprar, al tiempo que los ricos no pueden consumir todo lo que está a su alcance. Por lo tanto, los ricos acumulan sus ahorros sin reinvertirlos en la producción, puesto que existe una demanda insuficiente de bienes. Esta acumulación del ahorro rompe el equilibrio económico y provoca un ciclo de cortes en la producción.
El economista austriaco-americano Joseph Schumpeter, un propulsor de la teoría de la innovación, relacionaba el auge de los ciclos económicos con la aparición de nuevos inventos que estimulaban la inversión en las industrias productoras de bienes de consumo. Puesto que estos nuevos inventos se desarrollan de manera desigual, las condiciones de la economía tienen que ser alternativamente expansivas y recesivas.
Los economistas Friedrich von Hayek y Ludwig von Mises, nacidos en Austria, se adscriben a la teoría de la sobreinversión, al sugerir que la inestabilidad es la consecuencia lógica del aumento de la producción hasta el punto en el que se utilizan recursos ineficientes. Entonces los costes aumentan y, si no pueden trasladarse a los consumidores, los empresarios reducen la producción y despiden trabajadores.
Una teoría monetaria de los ciclos económicos realza la importancia de la oferta de dinero dentro del sistema económico. Puesto que muchos negocios tienen que pedir dinero prestado para funcionar o para aumentar la producción, la disponibilidad y el coste del dinero influye en sus decisiones. Sir Ralph George Hawtrey sugería que los cambios de los tipos de interés determinaban que los empresarios incrementaran o redujeran sus inversiones de capital y de esta manera afectaban a los ciclos económicos.

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