miércoles, 30 de julio de 2008

Explicaciones de la desindustrialización

Se puede encontrar una teoría general sobre los procesos de desindustrialización en la denominada 'ley de Baumol'. Dada la alta elasticidad en función de la renta de la demanda de productos industriales y de servicios, en las economías industrializadas (en las que el sector agrícola ha perdido importancia relativa), los dos sectores anteriores compiten para poder lograr el factor trabajo que necesitan y que resulta escaso. William Baumol afirmaba que, puesto que el sector servicios experimenta crecimientos de productividad menores respecto al sector industrial, en condiciones de libre mercado los precios relativos aumentarán más en el sector servicios (tanto para el mercado de bienes como para el de trabajo), lo que le permite atraer a los trabajadores del sector industrial.
Esta teoría explica ciertas observaciones empíricas mencionadas antes. Por ejemplo, puesto que Gran Bretaña fue la primera región industrializada, el sector agrícola de su economía tiene una estructura única en el mundo y a finales del siglo XIX era mucho menor que en el resto de las economías industrializadas de la época (incluyendo Francia, Alemania y Estados Unidos). Por lo tanto, la teoría de Baumol predice que las presiones desindustrializadoras aparecerán antes en Gran Bretaña que en el resto del mundo industrializado.
Otro aspecto característico del proceso desindustrializador padecido por Gran Bretaña se refiere al ritmo de decrecimiento relativo de la producción industrial respecto al resto de países. La mayor tasa de desindustrialización de Gran Bretaña puede explicarse de forma parcial debido a los cambios en la especialización productiva internacional. Durante la mayor parte del siglo XIX, la ventaja comparativa de Gran Bretaña permitía que tuviera excedentes en los productos industriales, teniendo déficit en los demás sectores productivos. Esta situación perduró hasta la década de 1950. Sin embargo, a principios de la década de 1980 la situación era radicalmente opuesta. El ritmo de desindustrialización británica durante el periodo 1955-1980 se explica a partir de los cambios estructurales en los procesos productivos y del descubrimiento de petróleo en el mar del Norte en la década de 1970, que permitieron a Gran Bretaña prescindir de sus excedentes industriales para financiar sus déficit en productos no industriales; el cambio estructural se vio acelerado por estos acontecimientos.

La importancia de la evidencia empírica
Hasta ahora hemos analizado la desindustrialización como un proceso económico a largo plazo. Aunque este tipo de análisis permite explicar algunas observaciones empíricas, no explica con detalle algunos de los hechos históricos acontecidos. Tomemos dos ejemplos para ilustrar la complejidad de las actuales pautas de desindustrialización. En primer lugar, aunque el peso relativo del sector industrial en Gran Bretaña se ha mantenido estable entre 1870 y 1913, se puede observar un crecimiento durante el periodo 1920-1955. En segundo lugar, durante la década de 1980, el ritmo de desindustrialización en Gran Bretaña se ha acelerado, en parte debido a las políticas monetarias restrictivas que se emprendieron durante esos años. Esta tendencia también se observa en otros países, como Alemania, Francia y Estados Unidos. Este cambio de tendencias sugiere que algunos acontecimientos (como los cambios de política económica) y algunos procesos a largo plazo (como los descritos por la ley de Baumol) tienen que analizarse de forma conjunta. Por ejemplo, en el caso de Gran Bretaña, durante el periodo 1920-1955, una serie de medidas de política económica mejoraron la eficiencia del sector industrial nacional (entre éstas hay que destacar la devaluación de 1931 y la imposición de aranceles en 1932). Por el contrario, a principios de la década de 1980 la política monetaria restrictiva presionó al alza los tipos de cambio, lo que tuvo efectos perjudiciales sobre la competitividad internacional de la industria británica.
Esta interacción entre política económica y desindustrialización plantea serias dudas sobre la inevitabilidad de las tendencias observadas. El nivel de desindustrialización actual es el resultado de dos procesos históricos independientes: en primer lugar, el cambio estructural a largo plazo debido a la madurez del sector industrial, y en segundo lugar, la discrecionalidad de las decisiones de política económica puede aumentar o disminuir el peso relativo del sector industrial de una economía

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