Un artículo aparecido en la revista científica Nature atribuye la elevada frecuencia y feracidad de Gustav, Ike, y otros huracanes al fenómeno del calentamiento global, generado por la actividad del hombre. Entre los datos publicados en el artículo científico, se resalta que la velocidad máxima de los vientos huracanados de los ciclones tropicales viene aumentado significativamente desde 1981. Y esta tendencia al alza, aparentemente generada por un aumento de las temperaturas promedio de los océanos, no tiene visos de amainar en el corto plazo.
Tradicionalmente, en las polémicas sobre cambio climático, los expertos discutían sobre si el calentamiento impactaría elevando la fuerza, el número y la duración de los ciclones tropicales. La física básica y el estudios de modelos del clima parecen sugerir a los meteorólogos que las tormentas tropicales efectivamente, se volverán más intensas, a causa de océanos más cálidos que pueden entregar más energía que termina convertida en ciclones. Sin embargo, algunos escépticos aventuraban que los cambios atmosféricos podría tener un papel inhibidor en las tormentas de veranos (en el hemisferio norte).
Cambios en la perspectiva Ahora, en el último número de Nature, James Elsner, un climatólogo de la Universidad Estatal de Florida, EE.UU, y un grupo de colegas han comprobado que los más fuertes tormentas tropicales son efectivamente- cada vez más violentas, con los aumentos más notables registrándose en el Atlántico Norte y en los océanos del norte de la India. Elsner y su equipo repasaron datos estadísticos obtenidos por satélite sobre las velocidades del viento de los ciclones. Y comprobó que -aunque no hubo prácticamente un aumento en el promedio de número o la intensidad de todas las tormentas, si apareció un cambio significativo en la distribución de los mismos y una suba en la cantidad de huracanes más violentos y que son los que causan mayores estragos.
En otras palabras, se comprobó que, en general, hubo más tormentas con una velocidad máxima del viento superior a 210 kilómetros por hora (lo que las coloca en Categoría 4 y 5). Y el equipo aventuró que la principal causa del cambio observado es el aumento de las temperaturas oceánicas. De hecho, escribieron que una elevación de 1 º C en la temperatura promedio de la superficie del mar se traduciría en un aumento del 31% en la frecuencia mundial de huracanes de categoría 4 y 5 por cada año. O sea, que de 13 huracanes por año se pasaría a una media de 17 grandes tormentas. Hay que acotar que desde 1970, los océanos tropicales se han calentado alrededor de medio grado Celsius y que los modelos matemáticos de cambio climáticos sugieren que puede seguir aumentando su temperatura en hasta dos grados para el año 2100. Mientras tanto, otros científicos han calculado que la cantidad de tormentas de categoría 4 y 5, las más violentas, prácticamente se ha duplicado en número desde los registros tomados en 1970.
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